Una escapada por la capital Toscana.


2 Días en la ciudad del Renacimiento Italiano

 

Visitar Italia significa un viaje por la historia, esta vez nuestro destino ha sido Florencia.

No sé si puede ser la ciudad más bonita que hemos visitado nunca, pero ocupa un lugar muy alto en el Ránking de ciudades que nos han enamorado y que seguro volveremos a visitar.
Nuestro viaje comenzaba en Múnich a las 19:00, con un vuelo con Air Dolomiti de una hora de duración.
Para llegar al centro de la ciudad existen varias alternativas, taxi, coche de alquiler, bus,etc…Nosotros nos decidimos por el bus, ya que es una ciudad que está muy cerca del aeropuerto.

Cómo llegar a Florencia desde el aeropuerto
El autobús "Volainbus" realiza el trayecto entre el Aeropuerto de Florencia y la Piazza Stazione (Estación de Tren Santa María Novella) cada 30 minutos desde las 5:30 hasta las 23:00 horas. El autobús no realiza paradas a lo largo del trayecto y tarda aproximadamente unos 25 minutos. Los tickets pueden ser adquiridos tanto a bordo del autobús como en el aeropuerto y en la estación de tren. El precio es de 6€ por trayecto, 10€ al comprar la ida y la vuelta, si quieres comprar el billete de ida y vuelta lo debes hacer con antelación dentro del aeropuerto. Cogimos el autobús a las 20:30 y a las 20:50 estabamos ya en la estación de Tren. Nuestro hotel se encontraba a escasos 5-10 minutos andando desde la estación.

Hotel
El hotel en el que nos hospedamos era el  “Hotel Alba Palace” que está situado en Via della Scala 22, Santa María Novella, 50123 Florencia, un buen hotel con un servicio muy atento, un desayuno muy completo, con bollería, tartas y platos cocinados por un excelente cocinero. La calidad de los productos y el servicio hacen que recomendemos este Hotel si se quiere tener un lugar cercano al centro y no se quiere gastar mucho dinero.

Restaurante
A las 21:00 ya habíamos hecho el Check-In, dejamos las maletas en la habitación y nos fuimos a cenar a una Trattoria que habíamos visto en nuestro camino desde la estación al hotel, cenamos en “La Grotta di Leo”, que se encuentra en la misma calle que el Hotel, Via della Scala 43-red, 50123. Nos atrajo que sólo había gente de la ciudad, un servicio muy bueno y atento nos relajó tras el viaje y una rica y crujiente pizza al horno nos acabó de conquistar el estómago. Con poco apetito más nos decidimos por probar la Panna Cotta casera, sólo debemos deciros que nos gustó tanto que la siguiente noche repetimos lugar. Algo que está muy bien de este Restaurante es que los precios incluyen las tasas, que en muchos restaurantes del centro histórico no es así y al final la sorpresa al pagar puede hacerte tener una mala digestión.

Para bajar la comida nos fuimos a pasear por el centro y así poder hacernos una idea general de lo que visitaríamos en profundidad al día siguiente. Caminamos unos 10 minutos desde la Via della Scala, que se encuentra junto a la plaza de Santa María Novella, donde está la majestuosa iglesia del mismo nombre. Desde la plaza caminamos por la via Cerretani y nos encontramos de cara con el precioso Duomo, donde las palabras sobran cuando una imagen te describe el resto.

Junto al Duomo se encuentra el Battisterio con el mismo estilo arquitectónico de la catedra. Tras dar una vuelta alrededor del Duomo paseamos por las calles del centro para ver el ambiente de un viernes por la noche en Florencia, pudimos ver mucha gente joven de múltiples nacionalidades y un ambiente tranquilo y seguro que te permitían disfrutar de cada callejón de la ciudad y dejarte llevar por la historia que emanaba de cada rincón de la capital Toscana.
Tras el paseo nos fuimos a descansar para coger fuerzas para el día siguiente.

El plan del sábado sería el siguiente:
  • Cúpula del Duomo
  • Campanario de Giotto
  • Baptisterio
  • Plaza de Michel Angelo
  • Puente Vecchio
  • Galería Uffizi
  • Plaza de la República
  • Mercato Novo

Primer Día.

Nos levantamos a las 7.30 para poder estar pronto en la catedral y visitar sin problemas la cúpula de Brunelleschi, desayunamos muy bien y a las 8:30 estábamos en las puertas del campanario de Giotto donde compramos la entrada conjunta para visitar la cúpula, el campanario, el Baptisterio, la Santa Renovata (más adelante hablaré de esta iglesia) y el museo. El precio (2016) era de 15€ por persona.Decidimos ir el sábado, ya que el domingo cierra y no es posible su visita.

Comenzamos por la cúpula, aprovechamos que no había casi gente y pudimos admirar la maravillosa obra de Brunelleschi para nosotros solos.  Pudimos admirar cada detalle de esta obra, de la que nos impresionó el realismo. Desde lo alto de la cúpula tienes unas excelentes vistas panorámicas de Florencia. Las vistas panorámicas de Florencia que tienes desde dicho mirador son realmente fascinantes, y te dan perspectivas diferentes de las panorámicas de la ciudad toscana desde el popular mirador de Piazzale MichelAngelo.
Pero, sobre todo, podrás ver de cerca los frescos que decoran la bóveda interior de esta obra maestra de la arquitectura del Renacimiento, y ascender por las “entrañas” de la propia cúpula.
463 escalones te esperan, pero el esfuerzo físico merece la pena. Los horarios para subir a la cúpula del Duomo de Florencia son, de lunes a viernes, de 8,30 hasta las 18,20 horas, y los sábados, desde las 8,30 hasta las 17 horas. Los domingos el acceso a la cúpula está cerrado.

Aún exhaustos por los escalones de la cúpula nos encaminamos a otra subida, está vez algo más corta pero aun así exigente, subimos a la torre del campanario de Giotto para poder observar la cúpula del Duomo desde enfrente, las vistas siguen siendo impresionantes y se pueden observar diferentes puntos de vista de la ciudad.

Tras las dos subidas visitamos el Baptisterio de Lorenzo Ghiberti  con las preciosas puertas del paraíso en su exterior y en su interior su precioso mosaico. Este mosaico se representa en tres secciones sobre el altar: el Juicio Final con un gigante y majestuoso Cristo y los Ángeles del juicio a cada lado (realizado por Coppo di Marcovaldo), las recompensas de los salvados dejando sus tumbas (del lado derecho de Cristo), y los castigos de los condenados (del lado izquierdo de Cristo). Esta última parte es particularmente famosa: los hombres malvados son quemados en la hoguera, quemados por las llamas, aplastados con piedras, mordidos por serpientes, masticados por horribles bestias. Las otras escenas en el techo representan diferentes historias en niveles horizontales del mosaico: (comenzando por el nivel superior) Coro de Ángeles, Tronos, Dominaciones, y Potencias; historias del libro del Génesis, historias de Joseph, historias de María y Cristo, y finalmente en el nivel más bajo: historias de San Juan Bautista. Como curiosidad, la mayor parte de la familia de Médici fue bautizada aquí.

 Nos quedamos con la boca abierta de nuevo admirando los pequeños detalles de los que se compone la cúpula del Baptisterio y nos dispusimos a entrar a la catedral. Como muchos os habrán dicho, el interior de la catedral no es de las más bonitas, ni mucho menos si las comparamos con otras de la Toscana o de Italia, pero el romanticismo que se encuentra en ella nos lleva a la siguiente parada en nuestra ruta. Visitamos la iglesia Santa Reparata, esta iglesia se encuentra debajo de la catedral, si, has leído bien. Bajo la catedral se encontraba la iglesia Santa Reparata, se pueden visitar los restos de esta iglesia que permiten conocer los orígenes de la misma y permiten entender el porqué de la catedral que se sitúa encima de ella.

Está visita fue una sorpresa y nos entretuvo mucho los videos explicativos que pudimos ver durante el recorrido de la misma. La entrada a este recinto está incluida en el ticket global si visitas la cúpula, el campanario, el Museo de la Ópera del Duomo y el baptisterio. No pudimos visitar el Museo de la Ópera del Duomo ya que estaba lleno de gente y lo dejamos para más tarde pero tras un largo día se nos olvidó visitarlo, no era nuestro objetivo visitarlo tampoco. Así que no podemos opinar acerca de este museo.

Tras pasar unas 3 horas y media alrededor de la catedral nos dispusimos a descansar un poco antes del siguiente destino, que no era otro que el mirador de Miguel Ángel. Saliendo de la plaza del Duomo, nuestros pasos nos llevaron a descansar en la Biblioteca delle oblato, situada en la Via dell'Oriuolo, 24, a unos 5 minutos caminando desde la catedral.
Esta recóndita Bibilioteca es la elegida por múltiples estudiantes para preparar sus trabajos, repasar lecciones o simplemente para leer en calma dentro de la ciudad. Desde su cafetería, donde los cafés cuestan 1 € se puede observar la cúpula de la catedral, con lo que es un lugar idílico, low cost y que te permite estar en contacto con los jóvenes de la ciudad.
Una vez algo recuperados, caminamos la Via dell'Oriuolo hasta su cruce con la Via Giuseppe Verdi, bajamos dicha calle para encontrarnos con la Iglesia de la Santa Croce, donde se encuentran enterrados Galileo Galilei, Maquiavelo, Lorenzo Ghiberti o Miguel Ángel. Nosotros no la visitamos, la dejamos para una próxima visita.
Bajando la calle Guiseppe Verdi, bajamos hasta las orillas del río, el cual cruzamos por el puente, que se situa enfrente del Puente Vechio, así que pudimos fotografiar este bello y famoso puente desde otra perspectiva.

Desde ese puente se tarda unos 20 minutos caminando hasta la plaza de Miguel Ángel, desde donde se puede observar el perfil de la ciudad y desde donde las fotografías son obligatorias. Las señales para llegar al mirador no tienen perdida. Os recomendamos subir andando ya que puedes observar con detenimiento el barrio que se encuentra a la otra orilla del río y que acoge el famoso mirador. Aprovechamos ese momento para comer un bocadillo y poder descansar teniendo unas fantásticas vistas.
 
Una hora en el mirador nos dio para coger fuerzas, beber agua, hacer múltiples fotos y admirar de nuevo la belleza de la ciudad. Bajamos por otro camino distinto a la ida, esta vez por un parque que se encuentra debajo del mirador. Enfilamos la orilla del río y nos dispusimos a recorrer el puente más famoso de la ciudad, como era de prever estaba lleno de gente, un histórico puente que tiene un encanto especial y que debe ser fotografiado y recorrido.

Junto al puente se encuentra la Galería de los Uffizi, la cual alberga numerosas obras reconocidas mundialmente, como son el nacimiento de  Venus y la Primavera de Botticelli, el retrato de los duques de Urbino de Piero della Francesca, la Virgen del Jilguero de Rafael, La Venus de Urbino de Tiziano y otras muchas obras de autores españoles, franceses, holandeses y flamencos, aparte de múltiples retratos y esculturas. La entrada cuesta 8€ y te permite recorrer los pasillos de esta majestuosa galería en la que cada detalle debe ser admirado.

Tras empaparnos de arte nos dispusimos a visitar la Plaza de la Signoria que se encuentra a escasos metros de la galería, en esta plaza encontramos un museo al aire libre, a cada paso te encontraras con una escultura que te hará alzar la vista para admirar cada detalle de las mismas. Hércules, Perseo y Medusa, Neptuno y Patroclo y Menelao te observaran desde la altura en esta magnífica plaza que también acoge el Palazzo Vecchio, nosotros no pudimos visitarlo ya que había bastante gente y se nos hizo tarde, una buena excusa para volver a esta ciudad.

Y hablando de volver, la leyenda cuenta que quien toca el hocico del Porcellino vuelve a Florencia, el Porcellino se encuentra en el Mercato Novo, junto a la Plaza de la Signoria. Tras haber tocado el hocico y asegurarnos nuestra vuelta a Florencia, recorrimos el Mercado, que como toda Florencia, ofrece todo tipo de productos de Piel, desde cazadoras, hasta carteras y cuadernos forrados de Piel. El olor a Piel inunda la ciudad y le da un encanto especial.
Habíamos hecho nuestros deberes y ahora teníamos dos horas para poder disfrutar de las compras en la ciudad, visitamos un par de tiendas Vintage que se encontraban en la Via de Fossi y en Lungarno Corsini. La moda italiana es mundialmente conocida y no queríamos dejar pasar la ocasión de entrar en estas tiendas, también pudimos ver otras tiendas de modistas florentinos que sólo puedes encontrar en esta ciudad.

El día empezaba a pasar facturas en nuestros pies y nuestros estómagos pedían una cena rica en hidratos, lo que significaba que íbamos a cenar una rica pasta, y como he comentado anteriormente, repetimos Restaurante, ya que el servicio y la calidad eran excelentes. Esta vez pedimos un mix de quesos de la región y tomamos los Spaguettis a la Puttanesca y Tortellini a la Boscaiola, para terminar de nuevo con una Pana Cota, esta vez tomamos una cada uno, una con chocolate y otra con frutos del bosque. El precio total con dos cervezas fue de 33€.

Como buen ritual, caminamos de nuevo hasta la Catedral para bajar la cena y observar por última vez de noche esta bella pieza arquitectónica y nos dirigimos al hotel para recobrar energías para el día siguiente.

Segundo Día.

Para este día el objetivo claro era observar el David de Miguel Ángel en la galería de la Academia.
Como el anterior día, nos levantamos a las 7:30, desayunamos un buen desayuno y a las 8:40 estabamos en la entrada, ya que más tarde empieza a llenarse de turistas. El precio de la entrada es de 12,5€, ya que había una exposición temporal. Un precio que puede parecer excesivo ya que no es muy grande y si lo comparas con la galería Uffizi te puede saber a poco. Pero el poder admirar la obrar de Miguel Ángel y ver también los videos que explican el minucioso trabajo que realizaban para tallar cada obra te harán saborear cada milímetro de la Galería.

Al ir temprano tuvimos la suerte de tener al David para nosotros, algo que 1 hora más tarde es imposible de pensar, pudimos fotografiarlo y admirar cada porción de sus perfectas proporciones. Pudimos conocer que el mármol utilizado venía de una pieza del Duomo y que en su origen debía estar situado en la Plaza de la Signoria pero fue rechazado por el pueblo y devuelto a la Academia. Aparte del David, pudimos caminar por el taller donde los videos explicaban los detalles de cómo trabajaban en la época para hacer los moldes y construir las obras finales.

Tras unas dos horas en la Academia, caminamos hasta el Mercado de San Lorenzo, que coge su nombre debido a que está situado junto a la Basílica de San Lorenzo, una enorme iglesia que también puede ser visitada, al igual que la capilla Medici, .El mercado de San Lorenzo como el Mercado Nuevo, tiene puestos de piel a cada lado de la calle, en el centro del este Mercado se encuentra un Mercado tradicional, donde se pueden comprar alimentos como frutas, quesos, fiambres e incluso te los pueden cocinar allí mismo y degustar un delicioso Panini recién hecho.

Como aún teníamos 4 horas, decidimos cruzar el río, esta parte del río es menos conocida, pero es algo que no debes perderte si tienes tiempo. Atravesamos el Ponte Vecchio y llegamos al Palazzo Pitti, no lo visitamos por dentro, lo dejamos para nuestra próxima visita. A unos 5 minutos del Palacio se encuentra un par de iglesias que deben ser visitadas, la Basílica del Santo Spirito y la iglesia de Santa María del Carmine. Nos dejamos perder por las calles y encontramos un mercado entre estas dos iglesias donde compramos quesos a muy buen precio, parmesano y pecorino fueron nuestras elecciones. 

Comimos un bocadillo y descansamos junto al río para enfocar ya las últimas dos horas en la ciudad, cruzamos por uno de los múltiples puentes y nos encontramos con la iglesia de Ognissanti (De Todos los Santos), que tiene frescos de Botticelli y donde se encuentra enterrado él mismo bajo su propia petición, ya que era allí donde estaban los restos del amor de su vida, Simoneta Vespucci, que murió joven y que de una manera muy importante tiene una gran presencia en muchas obras de Botticelli, dicen que la Venus y varios cuadros más se asemejan mucho a Simoneta. Así que esta historia romántica hace que muchos escriban cartas de amor y las depositen junto al sepulcro donde se encuentran los dos en el interior de esta iglesia.

Salimos de esta romántica iglesia y nos dirigimos a visitar la Iglesia Santa Maria Novella, que al estar junto al hotel y a la estación de tren, la dejamos para el final y poder deleitarnos de la única obra en madera de Brunelleschi, su famoso crucifijo se encuentra en esta iglesia de la ciudad que le vio nacer en el siglo XIV.

 
Un buen punto final (o seguido) para este precioso viaje, lleno de cultura, romanticismo y sobre todo historia viva del arte.

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