7 Días conduciendo al nivel del mar, incluso por debajo.
Recorriendo
Bélgica y Holanda
MÚNICH-KARLSRUHE
Para adelantar
algo de camino, salimos el viernes por la tarde hacia Karlsruhe.
Como todos los
veranos, los alemanes levantan las carreteras para dejarlas perfectas, pero eso
implica momentos de pasar de cuatro carriles a uno sólo, con lo que tardamos un
poco más de lo esperado pero aún así llegamos de día a la ciudad, cenamos cerca
del Hotel Star Inn y nos fuimos a dormir.
Karlsruhe-Lovaina-Bruselas.
Aproveché a
madrugar para dar una vuelta por la ciudad de Karlsruhe, el centro lo marca su
Schloss (Castillo) y de ahí se recorre rápidamente esta ciudad universitaria.
Tras la breve
visita por el centro de la ciudad desayunamos y nos montamos en el coche de
camino a Bélgica, antes de llegar a Bruselas paramos en Lovaina. Lovaina es una
ciudad muy famosa por su universidad y bien merece un par de horas para ser
visitada, nosotros aprovechamos para comer allí antes de llegar a Bruselas que
se encuentra a sólo 20 minutos en coche.El centro de Lovaina no te dejará
indiferente y no pararás de hacer fotos de cada fachada.
Bruselas:
Nuestro hotel
estaba cerca del parque del cincuentenario, junto a la zona de las entidades
europeas. No necesitamos usar el transporte público aunque estábamos cerca de
una parada de metro preferimos caminar y perdernos por las ciudades.
La primera tarde
en Bruselas visitamos el parque con su gran puerta y nos acercamos también a
ver los edificios de las entidades europeas que alberga Bruselas.Nos gustó mucho
el recorrido ya que las calles junto al parque albergan edificios muy bonitos y
arquitectónicamente admirables.
Tras una caminata
de 12 km ya estábamos cansados y fuimos a cenar al hotel, allí comimos unos
deliciosos quesos y embutidos que habíamos comprado en un mercado en el centro
de Lovaina y junto a un pan de estilo francés cenamos de lujo antes de irnos a
dormir.
Al día siguiente
nos levantamos dispuestos a recorrer el corazón de Bruselas, el centro
histórico y dejarse perder por las callejuelas buscando las famosas paredes
pintadas de cómic de la ciudad.
Siempre
caminando, comenzamos el recorrido atravesando de nuevo el parque del
cincuentenario y llegamos a una de las arterias de la ciudad a través del
barrio latino. Visitamos una de las pocas puertas que quedan en pie desde la
edad media, luego desde ahí nos dirigimos a la antigua Bolsa y ya simplemente
bajando nos encontramos con el tan famoso como diminuto Maneken Pis. Tras la
típica foto con el monumento más fotografiado de la ciudad nos fuimos a comer
las también famosas patatas fritas, y fuimos a Frittland, donde Mireia se
atrevió con el bocadillo de hamburguesas y patatas fritas (se llama
Metraillete), yo simplemente me comi las pommes con salsa andaluza que no tiene
nada que ver con Andalucía pero reconozco que estaba muy rica.
Tras la potente
comida nos fuimos a visitar la famosa plaza central, es preciosa en conjunto y
más aún cuando te pones a mirar cada edificio. Pasamos un buen rato
fotografiando la plaza y dese ahí nos fuimos a tomar un helado, el tiempo lo
requería y la comida potente lo demandaba también. Desde el centro
puedes dejarte perder por las callejuelas, nosotros fuimos a ver las galerías,
similares, salvando las distancias, a las de Milán.
El mejor punto de
partida para conocer Bruselas es su lugar más famoso y céntrico, la Grand
Place. Allí podréis ver preciosos edificios de estilo neoclásico como el
Ayuntamiento o la Casa del Rey. Tomad la calle que sale a la derecha del bar le
Roi dÉspagne, la Rue au Beurre (o Boterstraat, todas las calles están escritas
en dos idiomas), donde os encontraréis con la Iglesia de San Nicolás, una
bonita construcción de estilo gótico. Continuando recto, se encuentra el
precioso edificio neoclásico de la Bolsa.
Volviendo a la
Plaza Real, podréis ver justo enfrente la preciosa fachada de la Iglesia
St-Jacques-sur-Coudenberg, y casi enfrente de ella, el Museo Magritte y los
Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica.
Tomad ahora la Rue
de la Regence hacia la derecha y caminad hasta llegar a la Plaza Polaert, desde
donde se obtienen las mejores vistas panorámicas de la ciudad. (Está cerca,
pero si estáis cansados podéis tomar el tranvía 92 o el 94 para llegar hasta
allí). Junto a la plaza Polaert veréis el Palacio de Justicia, uno de los
edificios más grandes e impresionantes de Bruselas (lamentablemente, solo se
puede acceder de lunes a viernes).
Ya de camino al
hotel nos dirigimos de nuevo por el parque, volved hasta el Parque de Bruselas,
y continuad hacia la derecha hasta la Place Royale, allí, girad hacia la
derecha en la primera calle para visitar el Museo de Instrumentos Musicales, un
placer para los sentidos. Saliendo del museo y continuando por la misma acera
hacia la derecha, llegaréis a la esquina donde se encuentra el imponente Hotel
Ravenstein.
Saliendo del
parque por el lugar por el que entrasteis, bajad por la Rue des Colonies para
llegar hasta la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, uno de los edificios más
emblemáticos de Bruselas. Cenamos algo
ligero junto al hotel para descansar y preparar el día siguiente.
Bruselas-Brujas
El día se
despertaba de nuevo con un precioso sol, hoy iríamos a ver el famoso Atomium y
posteriormente conduciríamos hasta la ciudad que recibe más turistas de
Bélgica, Brujas era nuestra siguiente parada.
A sólo una hora
de Bruselas, Brujas se sitúa al oeste de Bélgica, no es muy grande y un día o
varias horas son suficientes para recorrer sus preciosas calles y canales.
Las principales
atracciones de la ciudad son:
*Grote Mark: La
plaza Markt forma, junto con la plaza Burg, el corazón de Brujas y el punto de
partida para cualquier recorrido. Si vienes de la estación (autobús o
ferrocarril) puedes llegar al centro con el servicio que ofrece la línea 12
“centrum” de autobuses. Disfruta de esta maravillosa plaza medieval salpicada
de preciosos edificios neogóticos característicos de la arquitectura flamenca,
con sus alegres colores y sus frontones triangulares.
* Mercado cubierto
Le Halle.
* Palacio
provincial.
*Torre del
campanario (Belfort). Uno de los símbolos de Brujas y un mirador privilegiado
para obtener hermosas vistas y una idea de conjunto de la ciudad (para llegar a
lo más alto tendrás que subir 366 escalones).
La plaza está
siempre muy animada con gente paseando o tomando algo en verano en alguna de
las múltiples terrazas.
– Plaza de Burg ,
se encuentra anexa a la Plaza Markt y su
belleza te sorprenderá. Aquí tienes varios lugares que visitar, entre los más
importantes:
– Ayuntamiento.
– Basílica de la
Sagrada Sangre.
– Palacio de
justicia.
– Catedral de San Salvador / Iglesia de Nuestra Señora
(2 horas y media).
Tras el paseo, de
nuevo en el centro siguiendo la calle Steenstraat (es una de las más
importantes y parte de la misma plaza Markt), llegarás en 10 minutos a la
Catedral de San Salvador, con su espléndido campanario y con importantes obras
de arte en su interior.
Muy cerca, a pie,
siguiendo la Mariastraat verás otro de los monumentos más destacados de Brujas,
la Iglesia de Nuestra Señora, que guarda en su interior la bella escultura de
Miguel Ángel La Virgen y el niño. La zona en la que
te encuentras ( Mariastraat y la contigua Katelijnestraat) es una de las más
dinámicas de Brujas, y uno de los puntos imprescindibles para las compras.
Aprovecha el tiempo del que dispones para hacerlas o para disfrutar paseando
por las pintorescas calles medievales.
Ese día comimos
los famosos mejllones con patatas y de cena nos tomamos un delicioso gofre.
Ambos platos los puedes encontrar por toda la ciudad desde 15 a 25 euros
dependiendo de la salsa y los gofres desde 2,5 a 5€ dependiendo del lugar y con
que lo recubras.
Recorrimos el
casco antiguo para bajar ambas comidas hasta la zona sur donde se encuentran
dos molinos, un lugar perfecto para hacer una pausa, nosotros ya habíamos andado
20 km a pie y era momento de volver al hotel para dormir.
Brujas-Gante
Si Brujas nos
gustó aún nos esperaba la ciudad que más nos sorprendió por su belleza de toda
Bélgica, a sólo 50km de Brujas se encuentra Gante.
Nuestro hotel se
encontraba a escasos 15 minutos a pie del centro de la ciudad, con lo que, nada
más llegar y aparcar el coche, nos dispusimos a visitar la ciudad.
La primera parada
empezaba justo delante de la oficina de turismo, en el castillo de los condes:
Gravensteen. Esta fortaleza enorme sorprende porque está en medio del centro
histórico de la ciudad. Se edificó en 1180 y es una de las visitas más
destacadas. Sin embargo, nosotros decidimos no visitar su interior por falta de
tiempo y nos dedicamos a seguir la visita por el casco antiguo de la ciudad.
Bajamos caminando
por la calle J.Breydelstr para pararnos a disfrutar del Korenlei y el Graslei.
Aquí estaban emplazados los puertos comerciales de la ciudad, que empezaron a
funcionar en el siglo XI. La arquitectura de los edificios es tan bonita que no
es de extrañar que la gente se siente en las orillas del río Lys a contemplar
la vida pasar y que sea uno de los puntos de encuentro de los habitantes de
Gante.
A escasos metros
está el puente de San Miguel, junto a la iglesia consagrada al mismo santo,
cuya torre tenía que haber llegado a medir 138 metros, pero no llegó a
finalizarse. Al subir y caminar por el puente no pudimos dejar de detenernos a
observar una panorámica de los dos antiguos puertos y de la ciudad desde lo
alto. El itinerario proseguía por las torres más altas del centro histórico de
Gante. A pocos metros de la iglesia de San Miguel, nos encontramos con la
iglesia de San Nicolás, donde encontramos otra de las grandes torres de la
ciudad. Seguimos la peregrinación hasta el campanario municipal, la segunda
torre más alta, y finalizamos en el que fue el highlight del día: la Catedral
de San Bavón.
La Catedral de
San Bavón guarda un tesoro que debíamos visitar: La adoración del cordero
místico. Esta obra de los hermanos Van Eyck de 1432 es una de las piezas más
importantes del arte flamenco y siempre ha estado rodeada de mucho misterio. Se
trata de un políptico compuesto de 24 paneles y relata la adoración del cordero
según el relato del Apocalipsis según San Juan. El cuadro fue substraído varias
veces, de hecho, uno de los plafones el de Los jueces justos fue robado en 1934
y todavía no ha sido recuperado. Además, durante la Segunda Guerra Mundial se
escondió para que los nazis no lo robaran. El cuadro tiene un halo que hace que
te quedes rato mirándolo, intentando captar todos los detalles de esta obra
maestra.
1. Plaza Sint-Veerleplein 2. Castillo
de los condes 3. Antigua lonja del pescado y oficina de turismo de Gante
4. Applebrugparkje 5. Design museum Gent 6. Korenlei y
Graslei 7. Puente de San Miguel 8. Iglesia de San Miguel 9.
El Pand 10. Iglesia de San Nicolás 11. Local municipal 12.
Casa gremial 13. Campanario municipal 14. Catedral de San Bavón 15.
Teatro 16. Sikkel 17. Corte de San Jorge 18. Ayuntamiento 19.
Iglesia de Santiago 20. Plaza de Vrijdagmarkt 21. Margarita la
Loca 22. Patershol 23. Casa de Alijn 24. Lonja de la carne.
Este día
anduvimos 18km, y tras esta buena caminata decidimos tomar una pizza, sorprendentemente rica en Eat Love Pizza, algo
que nos sirvió para recargar nuestras fuerzas y poder llegar al hotel para
ducharnos y descansar. Era nuestro último día en Bélgica, Holanda nos esperaba.
Gante-Leiden
Bélgica nos despedía
con un poco de lluvia, pero con una temperatura de 20 grados que invitaba al
optimismo de cara a nuestro nuevo destino.
La primera parada
en Holanda iba a ser Gouda, somos amantes del queso y como tales no podíamos dejar
la oportunidad de ver esta ciudad. Tengo que decir que no esperábamos mucho
pero nos sorprendió gratamente este pequeño pueblo, en una hora o dos puedes
recorrer sus calles y palpar el encanto de sus habitantes. Por supuesto todo
gira alrededor de este lácteo, sus formas redondeadas recorren cada centímetro
de sus calles, pero sus canales y sus molinos también hacen que está parada
merezca la pena.
Tras esta bonita parada nos dirigimos a nuestro destino final del día, Leiden. Junto a la Haya se encuentra está antigua ciudad que esconde múltiples secretos y que no te dejará indiferente. Una vez aparcamos el coche e hicimos el check in en el hotel, nos dispusimos a andar alrededor de sus canales. Siempre recorriendo el casco antiguo nos topamos con multitud de tiendas vintage, las casas decoradas con flores y las preciosas fachadas de sus viejos edificios de madera te harán transportarte a las épocas pasadas. Leiden se puede ver fácilmente en un par de horas, se puede comer muy bien en los restaurantes que están en el centro de la ciudad. Rembrandt es el personaje más famoso de esta ciudad, en la cual nació a comienzos del siglo 17.
Leiden fue la primera parada en Holanda para dormir, a sólo una hora en coche nos esperaba el gran objetivo del viaje en Holanda, Ámsterdam. Llegamos pronto a Zaandam, el lugar que elegimos para dormir y usar como base para llegar a Ámsterdam, ya que con el coche es muy complicado poder aparcar en Ámsterdam.
Leiden-Ámsterdam
Zaandam se encuentra a unos 20 minutos en Tren del centro de Ámsterdam, y hay 3 trenes cada hora así que recomiendo esta opción para todos aquellos que no quieran pagar 30 euros al día como mínimo para aparcar el coche, si es que pueden encontrar sitio.
Este día amaneció muy lluvioso y frío, algo típico de este país aunque sea Agosto, aun así esto no apagó nuestras ganas de visitar la ciudad más famosa de Holanda. Nos pusimos los impermeables y fuimos a dar un primer recorrido por sus abarrotadas callejuelas.
Ámsterdam para mí no es una ciudad corriente, no puedes decir no debes perderte este edificio o esta iglesia, su encanto reside en su ambiente y sus gentes. Cuanto más te alejes del centro más podrás percibir esto, ya que la multitud de turistas sólo buscan la foto en la casa de Anna Frank, caminar por el pecado barrio rojo, entrar en el museo Van Gogh o en el mercado de las flores. Todos esos destinos son de obligada visita, pero si de verdad quieres vivir lo que a la gente engancha para quedarse a vivir y acoge a tantos extranjeros déjate perder por fuera de su anillo central.
Por supuesto visita sus iglesias y sus museos, pero no dejes de perderte entre sus canales, nosotros lo hicimos durante el día y medio que estuvimos allí y merece la pena, el recorrido que hicimos fue desde el museo van Gogh hacia el suroeste. Nos llevó a una zona bohemia donde los habitantes de la ciudad hacen su vida cotidiana y realizan sus compras en los mercados callejeros.
Por las tardes nos dio tiempo a visitar Zaandam, en una hora puedes ver todo lo que merece pena, es un lugar muy silencioso donde tras el tumulto de Ámsterdam, puedes encontrar una calma que puedes necesitar. Su famoso y colorido hotel es el epicentro de la ciudad, junto al bonito ayuntamiento al fondo.
Ámsterdam-Colonia
La vuelta a Múnich se acercaba, teniamos 1000km para llegar a nuestra casa, pero aun así teniamos previsto visitar Uttrecht para posteriormente recorrer y dormir en Colonia para hacerlo más ameno.
Uttrecht se encuentra a escasas 2
Horas de Ámsterdam, y bien merece una visita o al menos una parada en el
camino. Nosotros aparcamos en un parking junto a la entrada del casco antiguo y
rápidamente vimos la belleza que acoge en sus calles esta pequeña ciudad. Tiene
la peculiaridad de que la torre del reloj está separada de la catedral, debido
a que hubo un tornado las separó.
Tras la visita obligada a la Dom,
puedes pasear tranquilamente por sus adoquinadas calles y empaparte del encanto
holandés.
Después de esta parada, Alemania
nos esperaba de vuelta, está vez nuestra parada iba a ser Colonia. Mundialmente
conocida por su preciosa catedral, bien merece un fin de semana para poder
disfrutar cada centímetro de esta urbe. El ambiente juvenil-universitario de
esta ciudad hace que cada metro que recorras te invada de un espíritu alegre y para
contraste está su gran río –El Rin, el cual te da la calma y el sosiego. Que
tras 9 días recorriendo Bélgica y Holanda nos merecíamos también algo de paz.
Nuestro viaje ponía punto y
final, pero no podía ser de la mejor manera y con mejores vistas.
Hasta la vista vecinos.